Asertividad y habilidades de comunicación
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El comportamiento social habilidoso es ese conjunto de conductas que emite una persona en un contexto interpersonal para expresar sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de un modo adecuado a la situación. Conlleva el  respeto de esas mismas conductas en los demás y generalmente resuelve los problemas inmediatos que surgen en la situación mientras disminuye la probabilidad de problemas futuros.

Muchas personas identifican dificultades en su comunicación social general (iniciar o mantener conversaciones, hacer y aceptar cumplidos, expresar opiniones…) aunque los mayores problemas pueden aparecer cuando la persona no se siente capaz de defender sus derechos en diferentes ámbitos de su vida o ante determinadas personas de su entorno familiar, laboral o social con la consiguiente repercusión personal y sobre la propia autoestima.

La asertividad es la capacidad de autoafirmar los propios derechos sin dejarse manipular y sin manipular a los demás.

La conducta asertiva se basa en aceptar que  los propios intereses, objetivos, necesidades, opiniones o deseos son tan válidos como los de las otras personas con las que se interactúa. Esta premisa lleva emparejado un estilo de relación en el que se defienden esos objetivos y deseos de forma directa (sin rodeos), clara (sin segundas intenciones), coherente (palabras, gestos y emociones expresan la misma cosa) y adecuada (con volumen, tono, gestos… respetuosos hacia el otro) teniendo en cuenta los derechos propios y los de los demás.

Las personas con problemas de asertividad presentan con frecuencia conductas de otro tipo:

  • Sumisión (Inhibición): Se basa en aceptar que las propias ideas, necesidades o deseos son menos importantes que las de los demás y que, por lo tanto, hay que renunciar a expresarlas para satisfacer a los otros y no crear conflicto. Este estilo de pensamiento implica no defender los propios derechos, no expresar las propias opiniones o hacerlo de forma inapropiada (excusándose, “dando muchas vueltas”, “quitándoles importancia”…).
  • Agresividad: Se basa en creer que las propias ideas, objetivos o necesidades son más importantes que las de los demás y que hay que lograr ganar en cualquier disputa o conflicto interpersonal. Este estilo de pensamiento implica expresar las propias opiniones de forma inapropiada y sin tener en cuenta a los otros, imponiendo los propios derechos y menoscabando los de los demás.

Estos estilos de comunicación son poco eficaces a la hora de enfrentarse a los conflictos y defender los propios derechos y tienen repercusiones importantes en el largo plazo como pérdida de autoestima, pérdida del aprecio de los demás, falta de respeto o rechazo de los otros y pérdida de libertad.

Los derechos asertivos

Ambas conductas, sumisión y agresividad, omiten la existencia de unos derechos no escritos, que ponen a las personas que interactúan en situación de equilibrio. Algunos de estos derechos asertivos son:

  1. El derecho a ser tratado con respeto y dignidad
  2. El derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones
  3. El derecho a ser escuchado y tomado en serio
  4. El derecho a juzgar mis necesidades, establecer mis prioridades y tomar mis propias decisiones
  5. El derecho a decir “NO” sin sentir culpa
  6. El derecho a pedir lo que quiero, dándome cuenta de que mi interlocutor tiene derecho a decir “NO”
  7. El derecho a cambiar de opinión
  8. El derecho a cometer errores y ser responsable de ellos
  9. El derecho a pedir información y ser informado
  10. El derecho a obtener aquello por lo que pagué
  11. El derecho a no ser asertivo
  12. El derecho a ser independiente
  13. El derecho a decidir qué hacer con mis propiedades, cuerpo, tiempo… mientras no se violen los derechos de otras personas.
  14. El derecho a tener éxito
  15. El derecho a gozar y disfrutar
  16. El derecho a estar solo cuando así lo escojas
  17. El derecho a superarme aún superando a los demás
  18. El derecho a decidir si satisfaces las expectativas de otras personas o si te comportas siguiendo tus intereses siempre que no violes los derechos de los demás

Si usted siente que no es capaz de defender sus derechos por sí mismo o ante personas “agresivas” que intentan manipularlo, puede decidir desarrollar una actitud más asertiva aprendiendo estrategias básicas de comunicación como:

  • Escuchar activamente
  • Empatizar
  • Decir “NO”
  • Mostrar desacuerdos
  • Expresar una emoción, opinión o deseo
  • Pedir un cambio de conducta
  • Hacer y recibir críticas
  • Etc…

AVERTENCIA IMPORTANTE
Si usted tiene alguna duda acerca de los problemas que experimenta o bien acerca de si esos problemas deben ser tratados por un profesional de la psicología, puede ponerse en contacto con nosotros para que un psicólogo de nuestro equipo valore su caso, aclare sus dudas y le oriente al respecto.

Lola HerreroEscrito por Lola Herrero

En la actualidad, ejerce sus funciones como Psicoterapeuta en el Centro Beck Psicología en el Área de Adultos y dirige el Departamento de Atención Psicológica a Mayores.


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