Burnout o síndrome del quemado
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También se llama “Síndrome del quemado” o de desgaste profesional y es una fase avanzada del estrés profesional. Se produce cuando existe un desequilibrio sostenido entre las expectativas personales respecto al puesto de trabajo y las características de la realidad laboral.

Suele aparecer en personas que trabajan con otras personas efectuando una labor de ayuda , es decir trabajadores de la enseñanza, de la salud,  de servicios sociales, así como directivos, secretarias o  policías.

Es un “síndrome tridimensional”, caracterizado por:

  1. Agotamiento emocional que se traduce en sensación de sobreesfuerzo físico, cansancio, hastío emocional y pérdida de recursos emocionales.
  2. Despersonalización que genera actitudes de frialdad y distanciamiento no solo en el medio laboral sino también en las relaciones interpersonales y familiares.
  3. Nivel de Realización personal en el que se experimenta una pérdida de la propia confianza y se genera un autoconcepto negativo y un sentimiento de baja realización personal.

Cómo evoluciona

Si adoptamos la perspectiva de que se trata de un proceso progresivo, podemos identificar la siguiente evolución:

  1. Fase de entusiasmo: el trabajo se afronta como una actividad estimulante y se generan expectativas elevadas y positivas
  2. Fase de estancamiento: surgen dudas relativas al trabajo y al esfuerzo requerido, los objetivos no están claros y las expectativas iniciales no se cumplen. Aparecen los primeros síntomas fisiológicos
  3. Fase de frustración: nuestros recursos personales y también los recursos de la organización pueden contribuir a “retomar la ilusión en algún proyecto laboral” o bien comienzan a cronificarse los síntomas fisiológicos, se incrementa la desmotivación y el rendimiento disminuye ostensiblemente.
  4. Fase de apatía: se produce una pérdida de confianza personal, un distanciamiento de las personas y la aparición de las primeras bajas laborales.
  5. Fase de “sentirse quemado”: se produce un grave deterioro personal, con problemas psicosomáticos, cognitivos y de comportamiento,  que afectan a todos los ámbitos de relación socio-laboral, familiar y personal

Cómo identificarlo

Aunque la variedad de manifestaciones puede ser muy amplia, indicamos a continuación los síntomas más habituales:

  • Fisiológicos: fatiga crónica, desordenes gástricos, tensión muscular, dolores de cabeza, mareos.
  • Conductuales: dificultad en la toma de decisiones, adicciones tabaco, alcohol, drogas) trastornos del sueño.
  • Emocionales: irritabilidad, hostilidad, distanciamiento afectivo, ansiedad, depresión.
  • Cognitivos: baja capacidad de atención, disminución de la concentración y juicio.
  • Laborales: absentismo, escasa productividad, generación de conflictos, desmotivación.

 

AVERTENCIA IMPORTANTE
Si usted tiene alguna duda acerca de los problemas que experimenta o bien acerca de si esos problemas deben ser tratados por un profesional de la psicología, puede ponerse en contacto con nosotros para que un psicólogo de nuestro equipo valore su caso, aclare sus dudas y le oriente al respecto.

Araceli GonzalezEscrito por Araceli Gonzalez

Psicoterapeuta en el Centro Beck Psicología en el área de Adultos l.


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