Jugar con videojuegos puede estimular habilidades cognitivas como:
La capacidad de resolución de problemas, la capacidad de atención y concentración (usándolo de forma moderada), la coordinación viso-motora, la creatividad y la imaginación, el establecimiento de metas, el razonamiento lógico y deductivo (en los juegos de estrategia), el desarrollo de la memoria…
Aunque cada vez se demuestren más beneficios en el uso de los videojuegos en el desarrollo de los niños, el papel de los padres es fundamental.
