MEJOR PIENSA EN POSITIVO
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La Psicología Positiva es la corriente específica dentro de la Psicología que estudia las bases del bienestar psicológico, los diversos aspectos emocionales positivos del ser humano: como la felicidad, la alegría o el amor, y fortalezas como el optimismo, la creatividad, la gratitud, la sabiduría, o la resiliencia.

Tradicionalmente la ciencia psicológica ha dedicado mucho esfuerzo a estudiar los aspectos negativos y patológicos del ser humano (ansiedadestrésdepresión, etc), dejando de lado a menudo el estudio de aspectos más positivos como, por ejemplo, la creatividad, la inteligencia emocional, el humor, la sabiduría, la felicidad, la resiliencia, etc. El impulso definitivo para la creación de este nuevo enfoque fue dado por el Profesor Martin Seligman de la Universidad de Pensilvania y antiguo Director de la Asociación Americana de Psicología.

El positivismo como ideología defiende que no falla el sistema, sino la actitud de cada uno. Está basado en sencillas premisas que se han difundido por el mundo en numerosos libros de autoayuda y superación. Un ejemplo es el famoso ‘¿Quién se ha llevado mi queso?’, de Spencer Johnson, que permaneció durante cinco años en la lista de los más vendidos desde que se publicó en 1998. El queso que persiguen cuatro ratoncillos simboliza la felicidad, la riqueza, el empleo y el bienestar que busca cada uno. Y la parábola incita a adaptarse a las nuevas circunstancias en esa búsqueda, en lugar de lamentarse cuando las cosas se complican y te ‘mueven tu queso’.

Siguiendo esa misma línea, más recientemente se publicó el bestseller ‘El Secreto’ (2007), de Rhonda Byrne, que desvela una nueva ley,la Ley de la Atracción, cuyo enunciado dice que “cualquier idea que esté en la mente se atrae hacia la vida”. Obviamente, si las imágenes que te dan vueltas en la cabeza son positivas, atraerás a tu vida situaciones, personas y cosas agradables y placenteras… Así que, pase lo que pase, intenta pensar en positivo

En períodos de crisis como el que estamos pasando en la actualidad, parece que se hace más necesario el ‘tirar para adelante’ y se tiende a aplicar este enfoque positivista desde todos los ámbitos posibles. Así observamos cómo se hace especial hincapié en el envío de mensajes optimistas, intentando que sirvan como revulsivo y que hagan que la gente actúe y deje las preocupaciones de lado, evitando el quedarse paralizados y que no se logre hacer nada ante los problemas y las situaciones adversas. Y es que, como ya se ha comprobado desde la Psicología Positiva, los estados mentales positivos actúan como barreras protectoras frente a los problemas psíquicos y tienen un efecto preventivo e incluso rehabilitador, refuerzan los anclajes emotivo-cognitivos que todos tenemos de forma natural y, de hecho, está siendo aplicado en el ámbito clínico como parte del tratamiento psicoterapéutico. 

En el ámbito académico también se pone de manifiesto este enfoque y podemos ver cómo Escuelas de negocios, como IESE y ESADE, organizan ciclos de conferencias bajo títulos del tipo ‘La crisis como oportunidad’ y similares. Estos últimos tiempos han ido surgiendo importantes conferenciantes, gurús, coachs, que se dedican a divulgar y poner en práctica los conceptos básicos de la Psicología Positiva (optimismo, motivación, inteligencia emocional, gratitud, creatividad, ilusión, superación, actitud y pensamiento positivo…) con muy buenos resultados y con numerosos seguidores de sus vídeos y ponencias que se han convertido en virales a través de las Redes Sociales. También se han publicado numerosos libros desarrollando esas oportunidades e intentando ver (y hacer ver) la crisis desde otro punto de vista más positivo. 

En el ámbito político también se tiende a mandar mensajes optimistas. La mayoría de los líderes políticos y gobernantes intentan mantener la ilusión y la esperanza de una pronta mejoría, con la intención de que la población se mueva y desarrolle actitudes proactivas, en lugar de hundirse cada vez más y dejarse vencer por la desilusión y la desesperanza. Aunque quizá en este caso específico, una cierta dosis de realidad sería lo más adecuado, de cara a evitar la manipulación e intereses partidistas,  muchas veces encubiertos tras esos mensajes.

Como conclusión, me gustaría enfatizar en el hecho de que cada uno de nosotros tiene en su mano el mejorar la percepción de las cosas, y de esa manera conseguir una mejoría real. Debemos poner en valor el poder del pensamiento positivo y aplicarlo de forma habitual en nuestro día a día. Y ya que cuesta el mismo esfuerzo, debemos intentar ver la botella medio llena, en lugar de medio vacía. Será un primer paso hacia ese cambio de actitud necesario para pensar en positivo.

Isabel PuenteEscrito por Isabel Puente

En la actualidad desarrolla funciones de Psicoterapeuta en el Centro Beck Psicología en el Área Infanto-Juvenil y de Adultos. Participa en la planificación e impartición de los cursos, talleres y programas formativos que desarrolla Beck Psicología en los distintos ámbitos: escolar, empresarial, terapéutico y social.


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