El miedo, la tristeza, el enfado, la culpa, tener problemas de sueño o de alimentación, regresiones a etapas evolutivas anteriores… son emociones y conductas frecuentes en los hijos cuando los padres se separan.
El papel de los padres de diálogo, comprensión, respeto y seguridad es fundamental para que éstos elaboren todas estas emociones de forma positiva.
