Pérdida de deseo sexual
La pérdida de deseo sexual, o deseo sexual hipoactivo, es una queja relativamente frecuente entre las parejas que llevan cierto tiempo juntas o sometidas a altas cargas familiares o laborales....
EL IMPACTO EMOCIONAL DEL DIVORCIO EN EL DESARROLLO DEL NIÑO
Ante la pregunta que muchos padres se plantean de si hay una edad más o menos perjudicial en el desarrollo evolutivo de sus hijos cuando toman la decisión de separarse, lo que se puede afirmar, en base a los estudios realizados sobre el tema, es que la separación de los padres va a tener un efecto directo sobre el mundo emocional y conductual del niño y que no es tanto la edad como el nivel de desarrollo cognitivo, social y emocional el que va a afectar en su comprensión de la ruptura y en su capacidad para afrontar las dificultades que conlleva esta nueva situación.
La intensidad de la reacción emocional del niño dependerá, sobre todo, de los trastornos que la ruptura ocasione en su vida, del nivel de intensidad de los conflictos entre los padres y de la duración de estos.
Si los padres consiguen mantener un entorno estable para sus hijos y comunicarse de una manera razonable entre los dos, los niños se adaptarán mejor, a largo plazo.
Los niños experimentan una gran variedad de emociones en respuesta a la ruptura familiar. Es importante que los niños expresen estas emociones para poder elaborarlas de forma adecuada y son los padres quienes deben ayudarles a hacerlo creando un clima favorable para que estos puedan expresarlas permitiéndolas y aceptándolas. Si no se les permite enfrentarse a sus sentimientos pueden surgir más adelante problemas como depresión, ansiedad, trastornos de personalidad etc.
Tristeza, miedo, enfado, culpa, soledad, regresiones, problemas de sueño y de alimentación, fantasías de reunificación, hiperresponsabilidad así como problemas escolares, sociales y físicos, son reacciones habituales ante la ruptura.
De manera orientativa, algunas de las reacciones más frecuentes en función de la edad son las siguientes:
En los más pequeños: conductas regresivas como hacerse pis, chuparse el dedo, tener más rabietas, querer dormir con los padres, miedo a quedarse solos y abandonados, alteraciones del sueño y alimentación, ansiedad; entre otras.
Los niños en edad escolar manifiestan más preocupación por el padre no custodio, sentimientos de culpa, añoranza, problemas escolares, síntomas depresivos etc.
Durante la adolescencia, la reacción a la separación se suele manifestar más con sentimientos de rabia, enfado y manifestaciones depresivas a veces enmascaradas bajo la apariencia de trastornos somáticos y otras con crisis de ansiedad.
En el siguiente artículo veremos que pueden hacer los padres para ayudar a los niños a elaborar de manera positiva estas emociones ante la ruptura familiar.
Araceli González Martín. Equipo Beck Psicología.
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